Este es mi papá, del cual les hablé tanto el año pasado en esta época, nos hizo reclamar por el maltrato en los hospitales, nos hizo sufrir con su cáncer de cólon, y hoy ya recuperado de aquel mal, está más viejito, con 80 años y algunas lagunas mentales producto de la anestesia, la edad y sus arterias muy deterioradas por 60 años ininterrumpidos de tabaquismo.
El siempre fue muy activo, voluntarioso, serio y recto; no descansaba jamás, así recorrió y empezó nuevamente muchas veces, parecía que no temerle a nada; hoy , con la memoria algo esquiva y con muchos deseos de seguir siendo el mismo, nos sorprende con su humor, su candidéz y su calma. Es como si la vida le hubiése dado la oportunidad de vivírla desde el lado más calmado, desde la quietud, desde el lado del que observa y a nosotros (sus hijos) poder demostrarle con toda calma cuanto lo queremos, cuidarlo y asistirlo.
martes, octubre 02, 2007
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4 comentarios:
Tengo tu sangre mi viejo !!!!!!!!
Que hermoso post !!!
Cariños
Qué lindo tu viejo Paty !
Y bien profunda tu reflexión sobre como envejecer, más que deteriorarse, es en realidad volver cada vez más a la calma, a la pausa, a la niñez... un abrazo, Pablo.
Qué lindo es este post Patty!
Dale las gracias a Díos por tener a tu papá con vos y que puedas darle el amor que se merece.
Un beso muy grande.
Bellísima vejez, bellísima vida...
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