
El siempre fue muy activo, voluntarioso, serio y recto; no descansaba jamás, así recorrió y empezó nuevamente muchas veces, parecía que no temerle a nada; hoy , con la memoria algo esquiva y con muchos deseos de seguir siendo el mismo, nos sorprende con su humor, su candidéz y su calma. Es como si la vida le hubiése dado la oportunidad de vivírla desde el lado más calmado, desde la quietud, desde el lado del que observa y a nosotros (sus hijos) poder demostrarle con toda calma cuanto lo queremos, cuidarlo y asistirlo.
4 comentarios:
Tengo tu sangre mi viejo !!!!!!!!
Que hermoso post !!!
Cariños
Qué lindo tu viejo Paty !
Y bien profunda tu reflexión sobre como envejecer, más que deteriorarse, es en realidad volver cada vez más a la calma, a la pausa, a la niñez... un abrazo, Pablo.
Qué lindo es este post Patty!
Dale las gracias a Díos por tener a tu papá con vos y que puedas darle el amor que se merece.
Un beso muy grande.
Bellísima vejez, bellísima vida...
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